03/12/2009
Estudiantes en Movimiento celebró su XII Encuentro en Barcelona
Un eje principal ha sido el debate del proyecto “Universidad 2015”, una propuesta de reforma universitaria que apuesta por la reducción de inversión pública y la concentración del poder de decisión en el equipo rectoral.
El pasado fin de semana, desde el viernes 27 al domingo 29 de noviembre, la coordinadora Estudiantes en Movimiento (EeM), que agrupa 18 asociaciones y sindicatos estudiantiles de todo el estado, ha celebrado su XII Encuentro en Barcelona.
El primer eje de este XII Encuentro ha sido el debate del proyecto “Universidad 2015” del Gobierno, una propuesta de reforma universitaria que apuesta por la reducción de inversión pública y la concentración del poder de decisión, que antes recaía en el Claustro, en el equipo rectoral. EeM, así como las entidades que lo integran, apuesta porque la Administración asuma su responsabilidad económica para con la educación superior, y que los órganos de decisión de ésta sean plurales y democráticos.
Financiación pública: hacia el 2% del PIB
Desde EeM proponen un modelo de financiación universitaria donde el Estado garantice su autonomía y suficiencia económica. Consideran que no se puede proponer una convergencia académica con Europa que no va acompañada de una convergencia económica, dada la probada relación directa entre nivel de inversión y calidad de la enseñanza que se da en los que se consideran los mejores sistemas universitarios del mundo. En otras palabras, un mínimo de un 2% del PIB de inversión pública equivale a una Universidad Pública autónoma y de calidad. Sólo en una situación de suficiencia económica puede plantearse intensificar las relaciones entre la universidad pública y el tejido empresarial o los distintos sectores de la sociedad. En caso contrario, la universidad es dependiente de este mecenazgo para seguir funcionando.
Un futuro sin tasas
Existe una corriente que considera la educación universitaria como un servicio que el alumno recibe, un bien para sí mismo, por el cual debe pagar un precio. Al observar la Constitución el derecho a la educación, este precio se ve sufragado con becas que cubren parte o total de las tasas. Sin embargo, desde EeM piensan que cualquier formación es un bien, no sólo para el futuro titulado, sino también para toda la sociedad. Asimismo, la retribución directa de los servicios públicos impone una selección social con criterios económicos. EeM cree en la congelación y reducción progresiva de las tasas (precio por matrícula) para el alumno, de manera que los estudios superiores se financien exclusivamente mediante el sistema tributario.
Becas
Para garantizar el acceso a la educación no basta con la eliminación de las barreras económicas: hay que conjurar el coste de oportunidad que supone la dedicación al estudio con becas como las existentes en otros sistemas universitarios europeos. EeM cree inaplazable un aumento de la inversión en becas hasta equiparar el 0,25% del PIB que supone la media de la OCDE. Asimismo, estas becas deberían dedicarse principalmente a tres propósitos:
* Beca salario: aquellos estudiantes que no pueden asumir el coste de oportunidad del estudio deberían recibir un salario pagado por el estado, un sueldo por hacer su trabajo: estudiar.
* Beca de materiales: generalizada, ha de ayudar con los gastos de material (libros, pinturas, herramientas, impresiones, material de laboratorio, etc.) del estudiante en función de la carrera. Estos gastos no se incluyen en el coste para las familias a pesar de ser uno de los costes variables de la enseñanza académica.
* Beca de movilidad y dietas: han de percibirla aquellos estudiantes que han de desplazarse para asistir a clase, ya sea por cambio de municipio o por el recorrido de distancias largas diariamente desde su domicilio habitual.
EeM se posiciona en contra de las llamadas “becas de colaboración”, contratos que ofrecen las universidades a los estudiantes para realizar trabajos administrativos en bibliotecas y oficinas. En primer lugar, estos contratos son oficialmente “becas de trabajo”, de manera que no cotizan ni acumulan subsidio por desempleo. En segundo lugar, cada remesa anual de estudiantes equivale a un volumen de trabajadores con títulos ya existentes para el puesto que la universidad no está contratando.
EeM también niega la condición de beca de los créditos bancarios ofrecidos como sucedáneo de las ayudas públicas.
Democracia y autonomía
La universidad ha sido, gracias a las luchas de profesores y estudiantes de las décadas pasadas, una institución independiente. Como transmisora de conocimientos y pensamiento crítico, es necesario que goce de autonomía suficiente para tomar sus propias decisiones. Las últimas propuestas, como “Universidad 2015”, apuestan por lo contrario. Bajo el pretexto de “ligar la universidad con la sociedad”, se apuesta por dotar de poder a “actores sociales” en los órganos de gobierno de la universidad. En último término estos actores siempre son la empresa y la banca. Desde EeM rechazan toda injerencia del poder político o el mercado económico en los órganos de gobierno.
En la propuesta del Gobierno, bajo el paradigma de la gobernanza, la vida política interna se traslada desde los Claustros hasta los equipos rectorales y los Consejos Sociales. El autogobierno y la democracia interna, que son el baluarte de la universidad en el estado del bienestar, así como único camino para solucionar los conflictos por la vía del diálogo y el consenso democrático, se ven reemplazados por estructuras jerárquicas importadas de la gestión vertical empresarial. Por ello desde EeM exigen un autogobierno multipolar, con una organización no piramidal y unos órganos de toma de decisiones no sólo participativos y plurales, sino con capacidad de decisión real.
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